Ojos de gato

Las luces de las farolas

invadían las calles dejando un rastro de calor. Un grupo de gatos callejeros rondaban por la calle, persiguiendo a un indefenso ratón negro de cola gris. Mientras continuaba mi camino hacia ninguna parte, observe como uno de los gatos callejeros, que había declarado la guerra al ratoncito de antes, se acercaba a mí.

Me agache para acariciarle suavemente el lomo, cuando note su delgadez.

El gato empezó a lamerme uno de mis zapatos con ansia y abandono. En ese momento contemple su rostro oscuro velado por dos ojos azul lapislázuli que hubiesen deslumbrado a los barcos antes de llegar al puerto. Cogí al indefenso animalito, le puse mi vieja chaqueta, recién lavada con olor a lavanda sobre él, lo acerque a mi pecho y le lleve hasta mi humilde casa, para que al menos los dos tuviésemos compañía.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Un nuevo amanecer

Amanecí triste, pero desperte diferente.
Una pequeña parte de mí quería llorar,
la otra sin embargo quería vivir.
El Sol salió con una sabana dorada cubriendo
sus rayos, arropando el daño del pasado.
Me senté a escribir de nuevo, esta vez sin dolor.
Empecé a redecorar mi vida con pequeños gestos,
palabras y momentos.
Comencé a ser feliz, y a hacer feliz.

Haciendo las palabras verdad


Tal vez porque me cansé de hacer flores de papel, lloré por última vez.
Los sentimientos se hicieron lágrimas, las lágrimas versos, los versos
palabras y la palabra se hizo verdad.
La verdad contó la historia de principio a final, sustituyendo proverbios
por besos.
Y la historia se escribió de nuevo, dándole gracias a una paloma blanca que ahora vuela con una sonrisa y alas nuevas.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Mi enfermedad

Esta volviendo a mí esa enfermedad que me quito parte de mi juventud.
El dolor que me provocaron la perdida, las burlas, los gritos y los
murmullos a mis espaldas.
Intentas dejarme otra vez en rídiculo haciendorte la victima cuando 
en realidad tú eres el veneno que a provocado mi enfermedad.
Nadie comprenderá nunca lo que he pasado, lo que he sufrido,
y lo que me queda todavía si sigo callada y sufriendo en silencio
como he hecho hasta ahora.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Cosas que nos hacen felices

Hoy en día, la gente solo es feliz con bienes materiales,
con el humor de su propio ego, o con tristes desgracias. 
Ya no se disfrutan  de las pequeñas cosas:

El olor a café recién hecho por la mañana.

Resguardarse del frío entre las sábanas.

Un beso inesperado en la mejilla.

Recibir una carta de un amigo lejano.

Escuhar tu canción favorita en la radio.

Leer un libro y pensar que lo han escrito para ti.


La risa inocente de un niño.

Las sorpresas.


Un encuentro emotivo.

Hay muchísimas más cosas que nos hacen veraderamente
felices, y son las que realmente cuentan y se valoran porque
siempre estan allí. Solo hay que saber disfrutarlas, siempre
con una sonrisa.
Ven.

Responde a mi llamada.
Me he quedado sin aliento.

Sálvame.

Es poco el tiempo que nos queda,
apenas tengo fuerzas.

Ayúdame.

Ven a mi encuentro y huyamos
lejos de todo y de nadie.

Sálvame del abandono que
siento por dentro.


Ayúdame a escapar de esta jaula de 
cristal acorazada.